Asamblea de apoyo a Bolivia

Cuentas electorales - Las estadísticas torcidas

Fecha: 24 Mar 2009
Si de encontrar vetas se trata, los analistas de la derecha serían buenos mineros. Pero el caso es que sus vetas no son productivas, sino destructivas. Vetas como el chisme de trasladar la Corte Suprema de Justicia, la grosería de convertir un motín en un intento para deshacerse de algunos presos o, la esquizofrénica concentración de defensores del presidente de los magistrados judiciales.
Podríamos seguir la lista de vanidades que inventan diariamente para ponerle un ladrillo más a su muro de incomprensiones. Pero ya lo sabemos: ellos son lo que son y no cambiarán. Ahora se dedicaron a inventar un estudio estadístico por el cual, los menos tendrán más y, ¡dense cuenta, señores!, la justicia que tanto les costó construir a ellos, será infringida, una vez más, por los autoritarios que nos encaramamos en el poder. Esta es otra campaña iniciada hace varios días por esa oposición que se compone de prefectos, comités cívicos, algunos senadores y diputados, magistrados de la Corte Suprema de Justicia, pandillas de delincuentes y un buen soporte financiero transnacional. Los hilos de tal soporte aparecen tras estas organizaciones: Fundación de Apoyo al Parlamento y la Participación Ciudadana (FUNDAPAC), Fundación Boliviana para la Democracia Multipartidaria (FBDM), consorcio Bolivia Transparente, Asociación Boliviana de Ciencias Políticas (ABCP) y Centro de Profundización de la Democracia (CEPRODE). En un encuentro de cinco estrellas, los funcionarios de estos organismos presentaron un estudio -y lo presentan seriamente- en que concluyen que el 34.5% de la población tendrá el 64.3% de la representación parlamentaria. Sus cálculos se basan en un simplismo, que transforman en fórmula complicada, para darle visos de gran estudio matemático. El censo de 2001 daba un porcentaje algo mayor de población urbana que, en la proyección de 8 años elevan arbitrariamente. El arbitrio es una supuesta cifra que les permite sostener que dicen la verdad. De ese modo, afirman que, de cada 3 bolivianos, hay 2 habitantes urbanos y 1 campesino. Por supuesto, nada les preocupa que ese campesino esté subvencionando la alimentación de los otros 2. Su preocupación es que, ese campesino, no puede tener tanta representación parlamentaria. Impertérritos, ellos siguen con su cálculo abstraído de toda realidad, histórica y actual. Separan las circunscripciones urbanas de las rurales, les agregan las circunscripciones especiales a estas últimas y les añaden una proporción de plurinominales. No tienen ningún reparo en sostener, como ejemplo de la desproporción que encuentran en el texto de la ley electoral que se tramita actualmente, este ejemplo: la circunscripción 15 de La Paz tiene 125.431 habitantes y la circunscripción 17 cuenta sólo 41.899. Por supuesto, el relator del sesudo informe oculta que esas circunscripciones fueron establecidas hace ya 20 años y no ahora. Con la misma liviandad podría comparar esa circunscripción y otras de la ciudad de La Paz, con las circunscripciones de Pando que tienen mucho menos de 10 mil personas y también son resultado de gestiones anteriores. Esa desproporción, habrá que recordarle al relator de marras, se sustenta en este párrafo de la Constitución Política del Estado: Por equidad, la ley asignará un número de escaños mínimo a los departamentos con menor población y menor grado de desarrollo económico. Este párrafo, para mayor claridad del relator mencionado, ya se inscribía en los textos constitucionales anteriores. Bajo el mismo principio de equidad, la Constitución vigente, al referirse a las circunscripciones especiales indígena originario campesinas, determina que se establecerán solamente en el área rural y en aquellos departamentos en los que estos pueblos y naciones indígena originario campesinas constituyan una minoría poblacional. Sin tomar en cuenta estas consideraciones, nuestros analistas llegan a la conclusión de que los citadinos y citadinas, que siempre tuvieron el privilegio de elegir a la mayoría parlamentaria, ahora quedan disminuidos. De verdad, no creo que su interés radique en equilibrar la balanza del voto ciudadano. Nunca les importó poco ni mucho. Se trata, básicamente, de montar escenarios de inestabilidad que contribuyan a la oposición, disminuida por sus constantes tergiversaciones de la realidad y por sus disputas internas. Se trata, simplemente, de hacer estadísticas torcidas para beneficio del escandalete político. A propósito: el relator de este sesudo estudio estadístico-político, es el ex diputado del MNR Hugo San Martín, que hoy actúa como operador del partido que intenta organizar el ex presidente Carlos Mesa, quien ya anunció su candidatura presidencial. Por Antonio Peredo Leigue