Asamblea de apoyo a Bolivia

Declaración de los pueblos de Nuestra América

Fecha: 8 Dic 2009

Promovida por las organizaciones sociales y políticas de esta América nuestra, esta Declaración expresa el convencimiento de que, los pueblos americanos, han iniciado la marcha hacia la conquista de sus derechos, la realización de sus aspiraciones pero, sobre todo, la recuperación de su identidad.

Esta marcha de los pueblos ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez, como señala con plena vigencia la Segunda Declaración de La Habana de los años ’60. Es la marcha imparable por su única, verdadera e irrenunciable independencia.

Sabemos que las fuerzas retrógradas, el imperialismo que maneja los hilos del poder económico en el mundo, ven con temor este avance y hacen todo lo que está a su alcance por suprimirlo de raíz, detenerlo históricamente o, al menos, desviarlo de sus objetivos.

Estamos viéndolo en las decenas y cientos de obstáculos y trampas que va poniendo en el camino de los pueblos. El decidido apoyo a los intentos locales de hacer fracasar la acción liberadora de los movimientos sociales, las manipulaciones económicas y la imposición de regímenes ilegítimos, son las armas que usa el poder imperial contra nuestros pueblos.

Pero no pueden detener nuestra lucha y seguimos marchando. Es por eso que condenamos la intervención militar que, desvergonzadamente, se instala en bases desde las cuales buscan amedrentarnos y se preparan para intervenir con sus ejércitos y con facciones mercenarias en cualquier momento.
Tampoco podemos ignorar la escandalosa acción que ha destruido un programa democrático en Honduras. El secuestro del presidente Zelaya y su inmediata sustitución por un títere, como tantas veces lo hicieron en Nuestra América. La realización de elecciones espurias y el inmediato reconocimiento imperialista, muestran cómo actúa la mano negra del poder transnacional.

Es evidente que, el imperialismo, no se detiene en sus maniobras. Casi al mismo tiempo, prepara otro golpe contra un gobierno progresista. El presidente Fernando Lugo, en el Paraguay, está amenazado de ser separado de sus funciones. Con la misma treta que en Honduras, el Parlamento se prepara a hacerse del poder, acudiendo a sucias maniobras. La reacción de los pueblos no puede esperar a que se produzca el golpe. Es necesario adelantarse a las maniobras e impedir que lleguen a concretarse. Una condena de todos los pueblos de Nuestra América debe ser la primera advertencia, a la que deben seguirle acciones de vigilancia que impidan las maquinaciones imperialistas en el Paraguay.
Pero no pueden detener el avance de los pueblos, como lo muestran la elección de José Mujica en el Uruguay y la incuestionable ratificación de Evo Morales en Bolivia, con más del 60% de una histórica votación. Desde esa perspectiva, cualquier intento de detener la marcha de los pueblos de Nuestra América, recibirá una respuesta militante de todos los países.

Es con esta decisión que saludamos la reunión que los gobiernos de UNASUR realizaron en Ecuador. La Unión de Naciones Suramericanas es mucho más que una promesa; tiene el carácter de una voluntad conjunta que avanza con la creación de mecanismos capaces de hacer frente a los intentos de división que propugnan las fuerzas retrógradas.
Las organizaciones sociales, agrupaciones políticas, personalidades reconocidas, hombres y mujeres de todas las latitudes que nos adherimos a esta Declaración, proclamamos nuestra voluntad de trabajar hasta alcanzar los grandes objetivos del pleno ejercicio de los derechos de las personas y de los pueblos en Nuestra América y en el mundo entero.